En un entorno digital abarrotado, donde la mayoría de los consumidores pasan por alto casi el 81% de los mensajes de marketing que les parecen irrelevantes, los equipos más efectivos han encontrado una fórmula clara: menos ruido y más significado.
De nuestro análisis, surgen dos aprendizajes importantes: primero, que la personalización sin un contenido sólido ya no atrae; segundo, que el contenido de alto valor se ha convertido en el nuevo estándar en el marketing actual.
Cambiando el enfoque de “más” a “mejor”
Los datos indican que los compradores B2B, por ejemplo, consumen en promedio trece piezas de contenido antes de decidirse a comprar. En este marco, los equipos que producen informes de tendencias, webinars con expertos, guías detalladas o estudios de caso no solo logran captar la atención, sino también acelerar el proceso de ventas.
¿Qué hace que un contenido tenga impacto?
Según el artículo, el valor de un contenido se mide por su habilidad para:
- Educar a la audiencia sobre un tema importante.
- Validar una estrategia o solución.
- Facilitar una decisión complicada.
Esto demanda un conocimiento profundo del sector, entender los reales desafíos de los decisores y evitar caer en la jerga vacía o mensajes genéricos. La tecnología, incluyendo la inteligencia artificial, puede ayudar a escalar procesos, pero no reemplaza la visión experta que da forma al mensaje.
Tres pasos para llevarlo a cabo
- Mapear el recorrido del cliente: identificar qué preguntas surgen en cada etapa (descubrimiento, evaluación, decisión) y crear los activos de contenido que correspondan.
- Priorizar la calidad sobre la cantidad: menos piezas, pero más profundas, mejor investigadas y aplicables.
- Medir el impacto usando métricas de compromiso real: no solo tasas de apertura o clics, sino también duración del consumo, descargas completadas y progresión de leads en el embudo.
El reto sigue siendo humano
A pesar de que muchas herramientas prometen automatizar procesos, el factor humano sigue siendo esencial: la autenticidad, la voz única de la marca, y la conexión con la audiencia. Como señala el análisis, “la relevancia no es solo una táctica, sino la manifestación de una marca que entiende y respeta el tiempo y las necesidades de sus clientes.”


