El objetivo de alguna cuenta empresarial era poder publicar un video y que este tuviera grandes cantidades de visualizaciones. Sin embargo, en 2025, esa mentalidad está cambiando. Las marcas se han dado cuenta que vale más la pena tener varios video pequeños con alcances constantes a apostar todo por uno solo.
La razón es simple:
• Alcance segmentado: Cada video puede llegar a un nicho específico, lo que genera interacciones más auténticas.
• Mayor permanencia en el feed: Publicar con frecuencia y diversificar formatos mantiene a la marca presente en la mente del usuario.
• Menor riesgo: Si un video no funciona, no impacta el rendimiento general, porque hay decenas de otros que sí lo harán.
• Más conversiones reales: Un millón de vistas virales puede dar fama temporal, pero 100 videos con audiencias pequeñas y fieles suelen generar más ventas.
Plataformas como TikTok, Instagram Reels o YouTube Shorts favorecen este modelo gracias a sus algoritmos, que distribuyen contenido de forma personalizada. Así, en lugar de un solo “golpe de suerte”, las marcas apuestan por una lluvia constante de pequeñas olas virales que construyen comunidad y credibilidad a largo plazo.