Por años, el branding se enfocó en logotipos, colores, tipografías y diseño visual. Pero hoy, en un entorno saturado de imágenes, las marcas están buscando diferenciarse activando otros sentidos.
Bienvenido al branding sensorial: una estrategia donde el sonido, el olor, la textura y hasta la temperatura juegan un papel clave en cómo recordamos una marca.
¿Por qué funciona?
Porque las emociones se activan más rápido a través de los sentidos.
Un sonido puede provocar nostalgia. Un olor, confianza. Una textura, deseo.
Esto genera una conexión que no depende del diseño visual ni del producto en sí, sino de cómo te hace sentir la experiencia de marca.
Sonido: la identidad que se escucha
• Netflix, Intel y McDonald’s usan jingles cortos y potentes.
• TikTok difunde más a marcas que usan su audio propio para volverse virales.
• Hay startups que ya contratan “compositores de marca” en lugar de diseñadores gráficos.
Olor: el recuerdo más poderoso
• Tiendas como Zara Home, Abercrombie o Nike usan fragancias únicas en sus espacios para que los recuerdes sin leer su nombre.
• Hoteles, gimnasios y spas también están usando branding olfativo como diferenciador emocional.
Textura y sensaciones físicas
• Empaques suaves, cajas con imanes, bolsas con materiales premium… todo se siente antes de usarse.
• El unboxing ya es parte de la experiencia sensorial.
• Algunas marcas prefieren invertir más en el tacto que en el diseño visual.
¿Cómo aplicarlo si tu marca es digital?
Aunque no tengas tienda física o producto físico, también puedes activar otros sentidos:
• Usa paisajes sonoros o intros auditivas en videos, podcasts y lives.
• Crea una personalidad olfativa o gustativa con descripciones que activen la imaginación.
• Apóyate en palabras sensoriales que transmitan experiencia (suave, crujiente, cálido, refrescante, etc.)

Las marcas que apuestan por el branding sensorial no solo venden más: crean experiencias memorables en un mundo donde todo se parece demasiado.