Las marcas están reconsiderando cómo se presentan en las redes sociales. Hoy en día, no se trata solo de cuántos seguidores tienes, sino más bien de** calidad y relevancia. Según la XIII Edición del **Observatorio de Marcas en Redes Sociales 2025, realizada por IAB Spain en colaboración con Alkemy, Gestazion y Metricool, está claro que hay un cambio notable en la forma en que las marcas digitales operan.
Desde 2017 hasta 2025, la comunidad total de seguidores en redes sociales creció aproximadamente 5.4 veces. Sin embargo, el número de publicaciones orgánicas por marca ha caído, de más de 5,000 al año en 2017, a menos de 1,800 en 2025. Curiosamente, el compromiso (engagement) ha tenido sus altibajos. Alcanzó un máximo en 2023, pero ha ido a la baja desde entonces; para 2025, las interacciones organizadas rondan las 1,4k (mil cuatrocientas), significativamente menos que en años anteriores. Las marcas están enfocándose en crear contenido más curado, además de invertir en publicidad y creatividad; están priorizando plataformas como Instagram, TikTok, LinkedIn y la nueva Threads.
Principales plataformas y estrategias destacadas
Instagram se mantiene como la plataforma más efectiva para generar engagement, utilizando formatos como carruseles, Reels y contenido visual bien diseñado.
TikTok sigue creciendo en audiencia e interacción y parece tener menos barreras para que nuevas marcas consigan visibilidad.
Threads está ganando terreno: cerca del 28% de las marcas ya están activas, acumulando más de 10 millones de seguidores en conjunto.
LinkedIn muestra un aumento considerable en comunidades, aunque la frecuencia de publicaciones es más moderada.
Implicaciones para las marcas y responsables de marketing
A veces menos es más: La clave está en optimizar los contenidos que realmente aportan valor (interacción, reconocimiento, emociones, historias), en lugar de abrumar a las comunidades con publicaciones que no tienen peso. Invertir en publicidad segmentada: Con el alcance orgánico en declive, la publicidad bien dirigida se vuelve esencial para llegar a las audiencias clave. Creatividad y diferenciación: El contenido que realmente resalta es el que ofrece algo único: una narrativa genuina, formatos novedosos, y una estética cuidada. Los posts genéricos repetidos ya no son tan efectivos. Priorizar métricas de calidad sobre cantidad: Más que contar “cuántas publicaciones hice”, es crucial medir el impacto de esas publicaciones: tasa de interacción, alcance real, conversión, fidelización, entre otros. Adaptarse a la plataforma correcta: Cada red social tiene su propio lenguaje, formato y ritmo. Lo que funciona en TikTok puede no resonar en LinkedIn y viceversa. Parte de la optimización implica adaptar el contenido, no solo al medio, sino también al tipo de público que lo consume.
Desafíos que continúan
Mantener la consistencia de la marca con menos publicaciones requiere una mayor planificación y recursos creativos. Con algoritmos en constante cambio, la visibilidad orgánica podría seguir disminuyendo. Medir el impacto real puede ser complicado: hay que diferenciar entre interacciones superficiales y lasque realmente aportan valor a la marca.
Conclusión
El panorama de las redes sociales está en transformación: marcas consolidadas están dejando atrás la obsesión por el volumen y apostando por contenido más inteligente, mejor dirigido y que ofrezca un retorno real. En este nuevo entorno, el éxito ya no se mide por “cuántas publicaciones hago al mes”, sino por “cuántas personas me recuerdan, interactúan y actúan gracias a ese contenido.”