Entre la optimización para motores de búsqueda (SEO) y los modelos de inteligencia artificial (IA), surge una pregunta importante: ¿Los mismos factores que posicionan una página en Google también afectan cómo la IA elige y organiza sus respuestas? Un experimento reciente de Luca Tagliaferro, consultor en SEO, sugiere que la respuesta es “sí”, al menos en cierta medida.
Lo que reveló el experimento
Aunque ChatGPT no tiene acceso a los algoritmos ni a las clasificaciones en tiempo real de Google, parece “imitar” algunas señales de relevancia y autoridad que el motor de búsqueda ha perfeccionado con el tiempo. Entre estas señales están: backlinks de buena calidad, menciones en medios de renombre, una estructura clara del contenido y la actualidad del mismo. Este experimento se enfocó en temas especializados, y los resultados mostraron que la IA “clasifica” nombres o entidades en un orden muy parecido al que se vería en los resultados de búsqueda orgánica cuando se manejan bien estos factores de SEO. También se encontraron elementos técnicos como encabezados bien definidos, uso de datos estructurados, lenguaje claro y una presentación ordenada del contenido como relevantes para que la IA pueda interpretar la información y utilizarla en sus respuestas.
¿Qué implica esto para las marcas y creadores de contenido?
Para los profesionales del marketing y SEO, este hallazgo tiene consecuencias significativas:
Combinar SEO tradicional con estrategia de IA: No basta con optimizar solo para buscadores; si deseas que tu contenido sea referenciado por asistentes de IA (como ChatGPT y otros modelos similares), tienes que enfocarte en construir autoridad, claridad y confiabilidad.
Reforzar la autoridad digital: Las menciones de medios reconocidos, los backlinks naturales y las colaboraciones con fuentes confiables son cada vez más importantes no solo para Google, sino también para lo que la IA considera “fiable” al responder consultas.
Priorizar la calidad y presentación del contenido: Aspectos técnicos —como una buena estructura, claridad, organización con encabezados y datos precisos— contribuyen al SEO y también facilitan que la IA “entienda” mejor el contenido y lo considere para sus respuestas.
Mantenimiento de contenido fresco y actualizado: Tener contenido actualizado es un indicador relevante tanto para los motores de búsqueda como para los modelos de IA, que parecen valorar la novedad como parte de su criterio de relevancia.
Limitaciones y precauciones
No todo lo que funciona para Google se aplica de la misma forma a la IA: estas últimas dependen en gran medida del conjunto de datos con el que fueron entrenadas, que puede estar desactualizado o sesgado. La IA no observa los rankings en tiempo real, sino que infiere basándose en patrones aprendidos; esto quiere decir que la posición actual de Google no siempre se refleja directamente. La ética también juega un papel importante: hay que evitar prácticas de SEO que intenten engañar a los usuarios o a los modelos de IA, como contenido autoplagio, abuso de palabras clave o enlaces poco naturales.
Conclusión
La convergencia entre SEO y las respuestas generadas por IA se hace cada vez más palpable. Las marcas que invierten en contenido sólido, autoridad digital y una presentación clara no solo mejorarán su posicionamiento en Google, sino que también aumentarán la probabilidad de que la IA seleccione sus contenidos como fuentes de referencia. En este nuevo contexto, no se trata solo de aparecer, sino de ser la opción elegible por aquellos que buscan información, sean humanos o algoritmos inteligentes.